martes, 5 de octubre de 2010

El primer contacto

El edificio ha sido construido de manera que encaje lo más posible en la red de líneas.

Para ello se han deformado sus proporciones hasta dónde ha sido posible, sin perder de vista la necesidad de ser utilizado para el culto religioso.

Cómo consecuencia, el resultado es una construcción asimétrica e irregular.                     





Para mantener lo más posible la simetría en la posición de la puerta en la fachada, se hace coincidir su costado derecho con la línea central, ya que las tres líneas que definen el frente no son equidistantes.
A pesar de ello,la puerta queda ligeramente descentrada, tal cómo se indica en la fotografía.

Es precisamente en ese lado en el que se coloca la pileta de agua bendita.

El visitante, al penetrar en la ermita, recibe de frente la corriente de esta línea.


El ábside se ha deformado para hacerlo coincidir con las líneas que lo definen, ya que no son exactamente paralelas.

La pequeña ventana de la sacristía, se hace coincidir con la entrada de una de las líneas, a pesar de que su posición no es la más adecuada para la iluminación del local.

Toda esta serie de circunstancias resultan muy extrañas y no parece que puedan ser casuales.
Tienen que obedecer a alguna poderosa razón, que por el momento se desconoce.

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